"Emerging from Shadows: Journey of Betrayal and Renewal"
- Lilith Van Cara
- Sep 21, 2024
- 3 min read
Updated: Mar 22

Queridos cabrones que me leen,
Soy Lilith VanC, y hoy os voy a contar una noche que me jodió la vida y me enseñó de qué mierda está hecho el corazón humano y cómo carajo se levanta uno del suelo cuando te lo pisan. Siempre os he tirado historias de pasión y deseo, cuentos guarros que os hacen sudar y jadear, pero esta vez os voy a abrir un pedazo más oscuro de mi alma, uno que huele a traición y sabe a sangre.
Vivía en Barcelona con un tipo, un cabrón con el que compartía no solo la cama sino también sueños y planes. Éramos cómplices en ambiciones locas, compañeros en el día a día, construyendo algo que yo creía sólido como una puta roca. Un día, tuve que irme a Valencia pa’ ver a mi viejo, que se había largado ahí buscando un nuevo comienzo después de dejar a mi madre. Mi pareja me dijo que ese mismo finde tenía que ir a Madrid por “razones” que no me molesté en cuestionar, porque confiaba en él como una idiota.
Cuando volví, me encontré un puto infierno. El apartamento estaba vacío, no solo de cosas caras sino de todo lo que habíamos armado juntos: cámaras, equipos electrónicos, los ahorros que guardábamos pa’ proyectos que soñábamos en voz alta. Todo se había ido a la mierda. Mi corazón no se rompió por la plata o las cosas, se hizo pedazos por la traición, por darme cuenta de que el hijo de puta en el que confiaba me había clavado un puñal por la espalda. Negó todo, me salió con una coartada que sonaba a cuento chino, y después supe que era pura mentira.
El dolor que vino después me tragó entera. Caí en un pozo negro de tristeza, un abismo donde no veía luz ni salida, solo mierda y lágrimas. Me ahogaba en mi propia cabeza, pensando cómo alguien que decía amarme podía joderme tan hondo. Pero entonces, entre tanta oscuridad, me llegó un consejo que me dio vuelta la perspectiva: “Si no lo perdonás y lo mandás al infierno, vos también vas a terminar yendo con él.”
Y aquí va el secreto, el puto tip que solo yo puedo daros: encontré la fuerza pa’ salir de esa traición transformando mi dolor en algo con sentido. Agarré una pluma y empecé a escribir mi mierda, a sacarme el veneno del pecho y convertirlo en relatos que no solo me sanaban a mí sino que podían ayudar a otros a pelear sus propias guerras. El arte se volvió mi salvación, mi manera de escupirle a la cara al dolor y decir: “No me vas a hundir, cabrón.”
Aprendí que perdonar no era sobre él, era sobre mí. No se trata de olvidar lo que hizo ni de justificar su mierda; es soltar el rencor que te encadena al pasado y te tiene de rodillas. Perdoné pa’ liberarme, pa’ caminar hacia un futuro donde ese hijo de puta no tuviera ni una gota de poder sobre mi alegría. Lo mandé al carajo en mi cabeza y me levanté del suelo con las manos sucias pero el alma limpia.
Así que, queridos míos, os digo con el corazón en la mano: encontrad vuestra propia manera de transformar el dolor. Puede ser escribiendo como yo, tocando música, pintando o lo que os salga de las tripas, pero no dejéis que la oscuridad de otros apague la luz que lleváis dentro. Vuestra resiliencia es el arma más jodidamente poderosa que tenéis, y nadie os la puede quitar.
Con todo mi amor y un espíritu que no se rinde ni a hostias,
Lilith VanC